lunes, 8 de febrero de 2010

Duodecimo cuarto

Siempre ando recordando mas
a la que no tuve
que a la que vi dormida

Gloria matutina.

Calentura matutina,
pornografía inyectable,
venas deseosas de fluidos,
la saliva sobresale de la boca
y se aloja en la pera,
mezclandose con la barba
y migas de pan.
Puños veloces,
palmas tibias,
calambres en las piernas,
respiración agitada,
pupilas contraídas,
culo transpirado,
pulso acelerado,
y dientes presionados.
Segundos,
tal vez minutos de euforia,
éxtasis
.
.
.
Semen desbordado,
manos enchastradas,
patética imagen,
de una mañana.

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